La resurrección que tuvieron anoche los Rayados tras levantarse de un 2-0 para terminar ganando su primer juego oficial en el Estadio BBVA Bancomer, dejó extasiada a su afición.
La hinchada del Monterrey casi llenó el nuevo estadio albiazul, que registró una entrada de 46 mil 803 seguidores que se fueron satisfechos y ovacionando a su equipo luego del triunfo 4-3 sobre los Tuzos del Pachuca.
Éste fue el segundo triunfo consecutivo del Monterrey, que viene en franca recuperación y como su público lo quiere ver, un equipo que no se caiga ante nada y que sepa levantarse en la adversidad.
El partido arrancó con medio estadio lleno. El tráfico lento en los alrededores del inmueble, conjugado con el tardío acceso al mismo, provocaron que la afición llegara hasta media hora después de arrancado el encuentro.
Y en la cancha las cosas no funcionaban, Dorlan Pabon falló un penal al arranque del duelo, y luego Ariel Nahuelpán vacunó en dos ocasiones a Rayados, para congelar a la tribuna.
Pero conforme se llenó el estadio, el ambiente creció y se hizo electrizante, al igual que el juego del Monterrey en la cancha.
Equipo y afición explotaron poco antes de terminar el primer tiempo, cuando Rogelio Funes Mori anotó el primero de los regios y acercó al equipo.
En el arranque del complemento el estadio retumbó con el segundo tanto del Monterrey, un gol del colombiano Pabon, luego de una gran jugada de Edwin Cardona.
El apoyo en la tribuna aumentó y Monterrey le asestó un tercer golpe a los Tuzos, un autogol que fue gritado por toda la tribuna, que estalló en júbilo.
Pero el duelo estaba lejos de acabarse y los Tuzos no se rindieron y Rubén Botta empató para los Tuzos, bajándole el ánimo a la tribuna.
Ya sobre el final del duelo se cristalizó el triunfo regio de manera dramática, pues Aldo De Nigris falló el penal, pero contrarremató para anotar el cuarto, con el que se desató la locura en el primer partido oficial en el Estadio BBVA Bancomer.
La hinchada del Monterrey casi llenó el nuevo estadio albiazul, que registró una entrada de 46 mil 803 seguidores que se fueron satisfechos y ovacionando a su equipo luego del triunfo 4-3 sobre los Tuzos del Pachuca.
Éste fue el segundo triunfo consecutivo del Monterrey, que viene en franca recuperación y como su público lo quiere ver, un equipo que no se caiga ante nada y que sepa levantarse en la adversidad.
El partido arrancó con medio estadio lleno. El tráfico lento en los alrededores del inmueble, conjugado con el tardío acceso al mismo, provocaron que la afición llegara hasta media hora después de arrancado el encuentro.
Y en la cancha las cosas no funcionaban, Dorlan Pabon falló un penal al arranque del duelo, y luego Ariel Nahuelpán vacunó en dos ocasiones a Rayados, para congelar a la tribuna.
Pero conforme se llenó el estadio, el ambiente creció y se hizo electrizante, al igual que el juego del Monterrey en la cancha.
Equipo y afición explotaron poco antes de terminar el primer tiempo, cuando Rogelio Funes Mori anotó el primero de los regios y acercó al equipo.
En el arranque del complemento el estadio retumbó con el segundo tanto del Monterrey, un gol del colombiano Pabon, luego de una gran jugada de Edwin Cardona.
El apoyo en la tribuna aumentó y Monterrey le asestó un tercer golpe a los Tuzos, un autogol que fue gritado por toda la tribuna, que estalló en júbilo.
Pero el duelo estaba lejos de acabarse y los Tuzos no se rindieron y Rubén Botta empató para los Tuzos, bajándole el ánimo a la tribuna.
Ya sobre el final del duelo se cristalizó el triunfo regio de manera dramática, pues Aldo De Nigris falló el penal, pero contrarremató para anotar el cuarto, con el que se desató la locura en el primer partido oficial en el Estadio BBVA Bancomer.
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